jueves, 25 de agosto de 2011

¡Aquí están, estos son, los soldados de Perón!

Txt Leandro Palazo @leandropalazzo
Diagonal Norte al 900 luce luminosa, los carteles de neón transforman la noche en día. Es sábado y hay veda electoral, porque la democracia en su esplendor se prepara para un nuevo sufragio nacional. Al bajar las escaleras, la ciudad ya no existe y misteriosamente el tiempo retrocede. Allí abajo, en lo que antes era un viejo sótano, existe otra realidad, de pantalones acampanados y fierros largos.


Estamos en los ´70, bajo el gobierno de María Estela Martínez de Perón. El país vive convulsionado, sometido a las decisiones del Brujo” López Rega y bajo la amenaza del golpe militar. Los compañeros acaban de secuestrar a Isabelita, quién sin embargo se empecina en afirmar: “No soy Isabel Perón”. Son ellos, los mismos que fueron expulsados recientemente de Montoneros por “fierreros” o quizás por estar “del frasco”.
Antes de que la violenta represión de la Triple A se legitime con el derrocamiento de la Presidenta, esta célula de la organización peronista busca imponer al extremo su fe revolucionaria, aunque se conviertan en militantes de un delirio que los lleva a cometer desprolijidades tan groseras como la de secuestrar a otra persona por confusión.

Sí el compañero Marcos, líder mentor del grupo, duda permanentemente sobre el accionar a seguir; el compañero Chuzo roza todo el tiempo lo absurdo; la compañera Lía no es quién verdaderamente dice ser; los compañeros Sergio y Ricardo se detestan mutuamente; y las compañeras Susana y Mónica no logran sumar con sus ideas; podría decirse que el destino de este grupo está signado por el azar de no ser encontrados en la clandestinidad, mientras la falsa Isabelita espera su desenlace maniatada en el baño.


La escena tragicómica los encuentra en constante debate sobre lo que deben hacer, la moral de la juventud de izquierda, la ilusión de un destino alternativo y las reglas de la organización paralela que formaron con el objetivo de evitar el golpe. Con superlativos tintes de sarcasmo y confusos choques de egos, mezclan la  verdadera historia en las calles de Buenos Aires con fábulas incomprobables sobre la vida del General. Hipótesis que les permiten dudar sobre la muerte de Perón y les abre la chance de no haber sufrido lo que más les duele: haber sido expulsados de la Plaza.

Una esperanza ilusa crece en cada uno de ellos, los ubica en un umbral que divide la táctica de la misión y su ridícula estrategia, y cruzando de un lado al otro juegan infantilmente a soñar un futuro inverso al que se les aproxima, una realidad diferente a la que conocen, otra historia. Hasta que sin imaginarlo, el abrupto final los alcanza sin tregua posible e inunda el recinto de predecible desazón.
Las luces se encienden en lo que antes era un viejo sótano sobre Diagonal Norte al 900 y lentamente el presente vuelve a calzarse su traje de sábado por la noche, previo a la elección primaria del Presidente en la Argentina. Al subir las escaleras, nos ahogamos en la duda de saber si lo que acabamos de vivir fue el retroceso del tiempo o una excelente puesta en escena que nos dejó perplejos por su fantástico y aceitado guión, fielmente representado en la actualidad de un país distinto que no olvida, ni perdona lo que nos pasó en aquellos tiempos de pantalones acampanados y fierros largos.

FICHA TÉCNICA
EL SECUESTRO DE ISABELITA
Guión y dirección: Daniel Dalmaroni
Elenco: Mariano Bicain, Gabriel Kipen, Ivana Averta, Gastón Courtade, Daniela Nirenberg, Juan Mendoza Zélis, Daniela Zayas y Sonia Martínez.
Teatro del Pueblo - Av Roque Sáenz Peña 943
Funciones: Sábados 22.30
Entradas: $50 y $25

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