lunes, 16 de enero de 2012

Vale todo

El estreno de El casting en El Fino Espacio Escénico

Txt Nicole Baler @nicolebaler | Ph Ezequiel Sambresqui

Parece que para conseguir un papel, cualquier estrategia vale. Como en el amor y en la guerra, dicen. El Casting, al menos, algo así es lo que plantea. Un actor, desesperado, pide trabajo frente a una reja. Pero eso que pide no es simplemente un laburito, para él lo es todo. A José María Villate (Luciano Cazaux) le sobran horas de haberlo intentado, pero pareciera que el esfuerzo no le da resultado. Hasta que aparece Julia (Alejandra Marina Alvarez), sus oportunidades se desvanecen y se desata una competencia absurda frente a un timbre y una cámara de seguridad.
Esta obra que tiene como director y escritor a Sebastián Kirszner desgrana las miserias y la desesperación de quien pretende conseguir algo y ya se golpeó muchas veces pero, aún así, no se rinde. Suerte de catarsis de un grupo de actores con mucho casting encima, los personajes atraviesan todas las emociones posibles y las llevan al extremo. El director de La Beca (ver nota en Cultra) trae una nueva propuesta con mucho humor que se podrá ver todos los viernes y sábados a las 21 en El Fino Espacio Escénico hasta fines de marzo. Con sólo tres actores en escena – a Cazaux y Alvarez se les suma Gamal Hamed, un jardinero silencioso que marca el ritmo de toda la obra –, el espectador se sumerge durante una hora en ese pequeño espacio de espera en el que habitan los personajes hasta el punto de compartir su ansiedad y desesperación.

¿Cómo surge el grupo que hoy conforma El Casting?
Sebastián Kirszner: Nace en la necesidad de hacer teatro. Nos fuimos encontrando en el camino. Con Alejandra ya es el tercer proyecto que encaramos juntos (trabajaron en un taller y en La Beca). Con Luciano fue una propuesta de café. A Gamal lo vi en un espectáculo musical,  me gustó y lo convoqué. Fueron apareciendo y así armamos este mundo que se va construyendo entre todos.

Esta obra es un proyecto cooperativo y autogestionado, ¿cómo fue el proceso de armado para llegar a este estreno?

SK: Cada uno puso su singularidad desde su rol. Siento que hay mucho talento en esta obra y muchas ganas de estar acá hoy. Se llega con las ganas, el deseo grupal, ese es el motor. La plata no es lo necesario para que un proyecto salga adelante.

Luciano Cazaux: Los actores no pusimos un centavo. Yo estaba mal económicamente en ese momento. Por eso estoy muy agradecido a la dirección y a la producción porque me mimaron mucho y me pidieron muy poco. En ese sentido, para mí fue lo mismo que trabajar en una producción de teatro comercial. Yo solo me tuve que ocupar de actuar. Funcionamos como un todo y eso es muy difícil que se dé.

Luciano, trabajaste en cine, en tele y en teatro comercial, ¿cuáles son las diferencias a la hora de encarar un proyecto independiente y uno comercial?

LC: Hacía diez años que no trabajaba en un proyecto cooperativo y me había prometido no volver a hacerlo. Lo último que hice en teatro fue en 2008 en el El día que Nietzsche lloró. En el teatro comercial estás muy protegido. Hay horarios fijos de ensayo y es de lo único que tenía que preocuparme. Pero se sabe que es un producto cuyo fin último es el lucro y si no lo logra se termina al toque. Si alguno de nosotros piensa que va a ganar dinero con esto, está muy equivocado. Hay expectativas siempre de que alguien te vea, de conseguir un laburo, de avanzar en nuestra carrera, pero el objetivo en sí es dar de nosotros lo mejor posible.

SK: En el teatro independiente los roles muchas veces se mezclan. Hay muy pocos proyectos independientes que salen a la luz.

Lola Gullo: Creo que en el teatro independiente hay algo que tiene mucho que ver con el sentido de pertenencia con el proyecto que es fundamental para que todo funcione.

Sebastián, en esta obra se observan ciertos rasgos que ya aparecían en obras anteriores, como el lugar protagónico de la voz en off, ¿es una elección voluntaria o son cuestiones que van apareciendo?

SK: Me gusta poner ciertas marcas sin caer en una autorepetición. No me gustaría reproducirme a mí mismo pero sí hay cosas que en mi apetito escénico me encantan. Por mi formación musical hay algo de la música en escena que necesito que siempre esté ahí. Un director quiere aparecer discretamente, con su firma, pero tampoco lo hago tan intencionalmente.

Por la temática de la obra, es obligatorio preguntar: ¿qué tuvieron que atravesar como actores en la búsqueda de un papel?

SK: Hace poco, fui a un casting que eran Adán y Eva tomándose un jugo y los hombres tenían que hacer fila, durante horas, en slip en una situación que no tenía sentido. Es un nivel de exposición del que no se tiene opción.


LC: Hemos hecho de todo y más. Fui director de casting para comerciales durante muchísimos años. Hacía los call backs (segunda vuelta del casting) los domingos a las once de la noche. En cine se manejan algunos parámetros más respetuosos pero en los comerciales pasa cualquier cosa. Una vez había que hacer casting con actrices que tenían que arrastrarse por el piso. En otra ocasión tuve que dirigir un casting para un papel de terrorista. Tenían que hacer la prueba con la máscara y era muy ridículo. Esa máscara, que era como una media, después del décimo tipo, tenía un olor inmundo del aliento de todos los que se la tenían que poner. El actor o lo hace o se las toma. 




1 comentario:

  1. Muy buena la obra chicos!!!
    Felicitaciones para todo el equipo y mucho éxito
    Cariños,

    Vicky Cabrera

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