miércoles, 7 de marzo de 2012

Chejov x Veronese

Los hijos se han dormido: la reversión de La Gaviota sigue en cartel en el Teatro San Martín y nunca es tarde para ir a verla.


Txt Jacqueline Golbert

No es la primera vez que Daniel Veronese se le anima a Antón Chéjov. Ya había apostado por el dramaturgo ruso con Un Hombre se ahoga (Tres hermanas) y Espía a una mujer que se mata (Tío Vaina) y esta vez le tocó a La gaviota, a la que decidió titular Los hijos se han dormido, en alusión a un desglose poético de sucesos y acontecimientos de la obra. En la obra, la gaviota funciona como metáfora de la fragilidad del ser humano y la exposición ante un “otro”, perverso y dominante.

¿Por qué reversionar otra vez a Chéjov? “Porque lo entiendo, porque me gusta, porque en cierto punto, siento como si dialogara con él cuando trabajo. Además, los personajes chejovianos me resultan muy reales. Nuestras vidas, como la de esos personajes, pueden ser desencantadoras o impresionantemente bellas a la vez, depende hacia donde uno esta mirando”, le contó Veronese a Cultra.
Foto: Complejo Teatral Buenos Aires

La recreación de la obra no es respetada al pie de la letra e incluso el director se anima a quitarle partes de soliloquios que contiene la original. “Los mónologos son sistemas dramáticos demasiados externos y teatrosos y además el público cambió desde el estreno de esas obras y necesitan un aggiornamiento”, explica sobre la representación chejoviana. 

A través de diálogos reflexivos e intimistas, la obra plantea la insatisfacción en las relaciones amorosas, el deseo de lo “prohibido” (según la moral), discute el concepto de arte, plasma la frustración del artista e interpreta la relación edípica de madre e hijo, que se da en Hamlet de William Shakespeare, cuya obra tiene una estrecha relación con la de Chéjov.
Foto: Complejo Teatral Buenos Aires


Los personajes principales son: Nina (María Figueras) , una ingenua mujer con pretensiones de convertirse en actriz; Irina (María Onetto), la ex actriz y madre del dramaturgo experimental Konstantín Tréplev (Fernán Mirás), que aborrece al consagrado actor Trigorin (Luis Ziembrowski), que a su vez es pareja de Irina, su madre. Los cuatro actores logran apoderarse de la atención del público mediante el intercambio de sentimientos y pensamientos, pero María Onetto, en su papel de madre superada, prepotente y posesiva, se lleva todos los aplausos, aunque Mirás y Ziembrowski colaboran de una manera fundamental.

Sin música incidental ni muchos cambio de vestuario y apostando a que el espacio de representación se recree en el momento con los mismos objetos de las escenas anteriores,la obra permite que, entre diálogos divertidos, instropectivos e irónicos, los actores generen una tensión dramática que el público recibe de lleno y con emoción.

Funciones: Miércoles a domingos a las 21.
Entradas: $60. Miércoles, día popular: $30.


Teatro San Martín, Sala Casacuberta, Corrientes 1530.

Boletería: 0800-333-5254


1 comentario:

  1. buenísima nota, y la obra está espectacular sobre todo la actuación de Fernán Mirá! Viva el teatro

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